Júpiter, el planeta gigante

Después de Venus, y visto desde la Tierra, Júpiter es el planeta más brillante del Sistema Solar. Sí Venus luce con más fulgor, es por la sencilla razón de su cercanía, ya que puede aproximarse a 40 millones de kilómetros, mientras que Júpiter nunca está a menos de 628. Por otra parte, se trata del gigante del sistema planetario, pues no en vano es mayor que el resto de los planetas juntos, y concretamente 1.310 veces más voluminoso que la Tierra. Puede observarse durante unos nueve meses al año, y solo cuando está en conjunción con el Sol resulta difícilmente visible.
Júpiter y dos de sus satelites
Contemplado por medio de un telescopio, nos muestra un disco enorme, achatado por los polos, cruzado por bandas de nubes, alternativamente claras y oscuras, y rodeado por su cuatro más brillantes satélites. En su ecuador vemos una ancha zona clara, flanqueada por dos bandas oscuras (bandas ecuatoriales); luego vienen las zonas claras y bandas claras y bandas oscuras tropicales, y les siguen, hacia latitudes medias, otras fajas claras y bandas oscuras, más difíciles de distinguir. Los polos son de color gris indefinido. Esta disposición de fajas alternadas en la atmósfera de Júpiter tiene indudablemente que ver con su rápido movimiento de rotación: el enorme planeta gira sobre su eje en nueve horas cincuenta minutos. Esta rotación no es uniforme en todas las latitudes, ya que resulta un poco más rápida en el ecuador, y más lenta en las zonas templadas; con ello se produce un sistema de distorsión que no solo explica la distribución de las nubes en bandas, sino la formación de zonas de turbulencia, con choques de masas gaseosas, torbellinos, desgarrones, etc.
Las tempestades de Júpiter son de una magnitud como no podemos imaginar en la Tierra, ligadas, además, a intensisimas perturbaciones electromagnéticas. Últimamente se han descubierto en el planeta gigante destellos instantáneos, comparables, aunque a escala muy diferente, a los relámpagos terrestres.
Entre las formaciones de la atmósfera de Júpiter destaca, en la zona tropical sur, la Gran Mancha Roja, enorme óvalo de alrededor de cuarenta mil kilómetros de longitud por unos catorce mil de anchura, que en ocasiones observamos con un color ocre impresionante.
Júpiter y la mancha roja

¿De qué está formada su atmósfera? ¿Qué hay bajo ella? Su análisis nos revela grandes cantidades de hidrógeno y helio como en el Sol; aunque el primero se haya combinado parcialmente con el nitrógeno y el carbono, formando amoniaco, metano y otros gases. El espesor de esta densisima atmósfera es incalculable, sin duda de miles de kilómetros, sí es que existe una costra sólida en el interior. Hay astrónomos que hablan de un núcleo rocoso recubierto de una capa helada de miles de kilómetros de espesor; otros, en cambio, creen que el hidrógeno se prolonga hasta el mismo centro del planeta, convertido, bajo altisimas presiones, en un liquido con caracteres metálicos, buen conductor del calor y de la electricidad. En este caso, la temperatura en  el centro de Júpiter debe ser del orden de los 20.000ºC.
Sea lo que fuere, está comprobado que Júpiter emite más energía que la que recibe del Sol; y aunque sus capas elevadas son frías (unos 150ªC bajo cero), resultan muy superiores a lo calculado si el planeta fuera un cuerpo yermo. Por otra parte, Júpiter emite radiaciones de muchas clases, entre ellas ondas de radio. Se encuentra en un estadio entre estrella y planeta, si bien mucho más cerca de este último modelo. A cada segundo que pasa, se produce en Júpiter una liberación de energía equivalente a una bomba atómica de un megatón.
Los satélites de Júpiter son un espectáculo digno de verse, incluso a través de un pequeño telescopio. Bastan unas horas para comprobar cómo se mueven lentamente en torno al gran planeta. Recientemente se ha descubierto que el más cercano a Júpiter (Io) posee actividad volcánica y emite fumarolas. Otra sorpresa ha sido el descubrir que Júpiter está rodeado de un anillo, aunque tenue. Como vemos este anillo de canto, no es apreciable con telescopios, si con sondas espaciales.